Me planté delante de ti, como un viernes cualquiera. Presentía que ese viernes iba a ser diferente, y yo sabía el por qué. Andamos hasta que decidiste sentarte, y fue cuando la cagaste. La cagaste simplemente por el echo de que me ibas a hacer hablar, y yo no quería, pero salté. Por primera vez en mi vida me desahogué. Te solté de cada bordería , y me arrepiento. Me arrepiento porque absolutamente todo lo que te dije era mentira. ¿Te creíste lo de que ya no te quería, lo de que habías cambiado, lo de que pasabas de mí? ¿Te lo creíste? Porque yo no.
